Las tecnologías empleadas por los fabricantes de televisores han evolucionado muy rápidamente en los últimos años. Tras un periodo de consolidación de las pantallas planas LCD HD y Full HD, y el fallido intento de las tres dimensiones para atraer la atención de los usuarios y los creadores de contenidos, a partir de 2013 la atención se centró en el aumento de la resolución desde Full HD a 4K.
Las Ventajas de 4K
A la hora de adquirir un nuevo receptor, la primera pregunta que puedes hacerte es si 4K es realmente un salto cualitativo en calidad frente a Full HD. Y la respuesta es que sí. Las cifras son claras: con una resolución 4K tendrás cuatro veces más píxeles que con Full HD. Y se nota y se aprecia a simple vista.
Además, 4K resulta imprescindible para disfrutar de contenidos HDR. Es decir, todas las televisiones HDR son también 4K, con tecnologías específicas para mejorar la reproducción de los colores y para manejar mayores niveles de luminosidad. Por otra parte, en estos momentos la tendencia es la de ofrecer más contenidos en esta calidad en detrimento de HD y Full HD.